Aseguran la compra de la producción de pequeños productores del sureste mexicano.
Semillas y Productos de México SEPROMSA, firma con productores de calabaza del sureste del país contrato por cinco años para sembrar a partir del año 2017, 20 mil hectáreas de calabaza con una producción garantizada, siendo esto gran noticia para incentivar a los pequeños y medianos productores de los estados de Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo.
En México, Estados Unidos, Europa y Asía se ha dado de forma creciente la demanda de la calabaza no solo como verdura sino de las semillas que estas producen.
El valor anual estimado según SAGARPA de la cosecha de este producto en el país es de $1,801 millones de pesos, de los cuales la calabaza para semilla representa un aproximado de 335 millones de pesos al año.
La semillas de la variedad curcubita angyrosperma mejor conocida como chihua, es una variedad de calabazas de la región y las pepitas como se le conoce en el sureste de México, es un producto de alta demanda para la industria alimentaria.
Entre los usos de las semillas en México, destaca la preparación de moles, pipianes, aceite comestible, ceras para calzado y artesanalmente, las calabazas secas y libres de pulpa se usan para la elaboración de juguetes, recipientes artísticos y decorativos; con las semillas se prepara una pasta a partir de la cual se elaboran figuras artesanales. En Asia, demandan el producto para uso farmacéutico, sus semillas han sido tradicionalmente utilizadas como remedio para desparasitantes ya que contiene enzimas proteolíticas que actúan sobre diversas lombrices intestinales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), coloca a México en el décimo lugar en la producción mundial de hortalizas por la calabaza para verdura y como para semilla.
Cabe mencionar que la plantación de calabaza es estacional y por las características del clima y las tierras del sureste del país, éstas son propicias para esta planta, misma que se puede emplear en la modalidad de milpa, esto quiere decir, que en la misma hectárea se puede alternar con la siembra de frijol y maíz volviendo altamente productivo este sistema para los pequeños y medianos productores en estados del sureste de México.