Ante la información que se ha presentado a través de diferentes medios relacionada con el supuesto funcionamiento y efectividad de las terapias de conversión, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) reiteró que éstas son una forma de violencia y discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género.

Julia Suárez, directora de Análisis Legislativo y Asuntos Internacionales del Conapred, dijo en entrevista que tanto las organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud así como la Asociación Estadounidense de Psicología han determinado que dichas terapias “parten de presupuestos científicamente falsos, que no existe evidencia ni ninguna investigación o estudio con el rigor metodológico que puedan comprobar que es posible cambiar la orientación sexual”.

Además, la OMS declaró que la homosexualidad es una expresión más de la diversidad humana y no una patología “por lo que no se puede curar algo que no es una enfermedad”, señaló.

Desde el ámbito de los derechos humanos, agregó, instancias internacionales han determinado que las llamadas terapias de conversión “constituyen prácticas nocivas respecto a violaciones fundamentales a los derechos al libre desarrollo de la personalidad, a la salud sexual y reproductiva y desde luego a la igualdad y a la no discriminación”.

De igual manera, contribuye a alimentar el estigma social respecto a la homosexualidad y con ello la homofobia.

A partir de los datos que el Conapred ha obtenido de los diferentes organismos internacionales, Julia Suárez dijo que estas terapia principalmente “se funden en principios religiosos o políticos antiderechos”.

Fuente: La Jornada.

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